Música y libertad

"En el bolsillo del pantalón siempre lleva contigo unas monedas y un sueño. Las monedas te irán abriendo camino. Tus sueños te llevarán adelante."

Han pasado ya algunos meses sin publicaciones en este blog. Hoy decidí que era buen momento para compartir con ustedes algunas cuantas líneas de mi vida. Espero que estas sean de su agrado.
Hoy me gustaría hablarles de música y libertad. Primero quiero decirles que al escribir estas líneas experimento una enorme sensación de libertad pues ya no siento pena de expresar lo que pienso, lo que siento, lo que soy.
En este momento mi reloj marca las 8:00 a.m. en una mañana como cualquier otra. Voy camino a la escuela donde estudio inglés y mientras el camión que me llevará hasta el lugar logra avanzar apenas unas cuantas cuadras, yo aprovecho ese tiempo para reflexionar acerca de lo que entiendo por libertad.
Al mirar al resto de pasajeros del camión experimento una franca sensación de opresión en el pecho. Aquellos rostros cansados me dan la impresión de que sus vidas son tan vacías que se hayan sumergidos en un estado constante de infelicidad. Y me hago la siguiente pregunta: ¿algún día fueron libres? Y me respondo a mismo: creo que no. Después trato de entender su situación. La mayoría son gente pobre, sus padres también lo fueron y lo más triste de todo es: que esos niños que llevan de la mano a la escuela, también lo serán. Padres ilusionados que religiosamente se levantan todas las mañanas para repetir la misma rutina pensando que así lograrán superar la barrera de la pobreza. No obstante, el problema más grande que veo es que ellos mismos no logran darse cuenta que su mayor pobreza es la intelectual.
Estoy convencido de que la libertad es el primer acto de la razón. "Pienso, entonces soy libre", en un intento por parafrasear a Descartes. Me atrevo a decir que es en el pensamiento el único lugar donde cada uno puede ser libre de manera absoluta. Pero, ¿hacemos buen uso de esa libertad?
A la libertad de decir lo que piensas se le conoce como: libertad de expresión. ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a hacer valer nuestra libertad de expresión? ¿Cuántos estaríamos dispuestos a abrir la boca en nuestras casas, escuelas, oficinas, trabajos para expresar aquello que no nos gusta? O, más dramático aún, ¿cuántos sentimos la libertad para decirle a nuestros padres cuánto los amamos?
Primera conclusión: libertad también es un acto de valentía. Sólo los hombres y las mujeres valientes pueden ser libres.
Así pues, mientras voy montado en un camión de pasajeros escribo estas líneas una mañana como cualquier otra y continuo pensando que la libertad también implica responsabilidad pues al pensar somos conscientes y al ser conscientes no podemos ser omisos ante el dolor, ante el abuso, ante la injusticia. Por tanto, con absoluta responsabilidad, debemos vivir libres pero también debemos luchar para defender nuestra libertad.
No se nace libre, como tampoco se nace pensante. Se nace con la capacidad de pensar, asimismo se nace con la posibilidad de ser libre. De ahí que cada uno debamos asumir la responsabilidad de liberarnos de aquello que nos ata.
"La verdad ós hará libres", decía el apóstol Juan. Luchemos pues por la libertad.




Amo la libertad,
soy como el ave queriendo volar,
para perderme en las nubes, 
allá arriba, 
en la inmensidad. 

Quisiera ser como el viento, 
que sopla y sopla y muy lejos se va, 
o como la corriente de un río, 
que corre y corre mas nunca volverá. 

Amo la libertad. 
Yo sólo pido que me dejen volar, 
yo sólo quiero llegar muy lejos*.



*Este texto lo tomé de algún lugar de la red y le hice algunas modificaciones.

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